Tía María un licor y Virgen María un Coctel
La leyenda cuenta, que una familia adinerada en la isla de Jamaica, descendiente de los colonizadores españoles, tenían una hija y una esclava a la que llamaban Tía María.
Llegaron los británicos a invadir la isla y la familia tuvo que abandonar sus posesiones. Tía María escondió un par de perlas negras y una receta antigua de un licor familiar.
Cuando llego el momento del casamiento de la joven, había que ofrecer una dote, cómo lo único que poseían eran lo de Tía María, las perlas y receta se dieron como dote. La joven transmitió la receta del licor a las siguientes generaciones, poniéndole al licor el nombre de Tía María en homenaje a su esclava.
Me encantan las leyendas pero dejándola aparte, se cree que este licor se empezó a producir en Jamaica durante el año 1950 por Kenneth Leigh Evans.
La base del licor es de aguardiente de caña, granos de café, vainilla y azúcar. Tiene un contenido alcohólico de 31,5%.
Aquí si me mojo, aunque utilizo de vez en cuando este licor de café, muchas veces me preguntáis que marcas prefiero, si tengo que elegir un licor de café para mis cócteles, mi preferido sin duda es el mexicano Kahlúa, por su textura densa y toque dulce, el Tía María seria mi segunda opción.
Nuestra bebida Virgen María, es un combinado que busca una forma sencilla y rápida de mezclar el Tía María.
Cómo prepararlo: en un vaso bajo, lo llenamos de hielo picado, añadimos 1 1/2 oz (45 ml) de Tía María, rellenamos con jugo de arándanos, decoramos con dos cerezas y ponemos dos pajitas.
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