La primera vez que probé el licor Jagermeister, hace ya muchos años, fue con unos amigos que lo habían traído de Alemania, esa noche nos bebimos la botella, después de esa primera vez paso a formar parte de uno de mis licores de cabecera y nunca falta en mi bar, también es uno de mis preferidos emocionalmente, ya que su sabor quedo grabado y registrado en mi cerebro como uno de los mejores que he consumido.